viernes, noviembre 09, 2012

CERTIFICADOS DE SINAPROC SOLO SON VALIDOS EN PANAMÁ

 La Cruz Roja nació en 1863 como un movimiento que aliviara el sufrimiento humano de los militares en campaña en los campos de batalla. Con el evolucionar del modo de guerrear, lo tuvo que ir haciendo este movimiento, dando origen a lo que hoy son los Convenios de Ginebra. Prontamente, se tuvo que considerar la suerte de los civiles involucrados en las zonas de guerra y a los Convenios se adicionaron los Protocolos, uno de los cuales da origen a la protección civil como auxiliar de su creador.

En Panamá, la protección civil toma forma a través de la Ley 22 de 1982 que crea al Sistema Nacional de Protección Civil, pero que con el pasar del tiempo dejo de ser un sistema para convertirse en una institución meramente política, con directores nombrados de a dedo, poco o nada conocedores del socorro y la asistencia humanitaria, y que en los últimos años solo atraen la atención de los medios para garantizarse de modo gratuito la publicidad necesaria para sus aspiraciones electoreras, a cargos de elección popular como lo demostró el Doctor Velásquez.

Aun así, con el afán de aparecer en el teatro de cualquier incidente que suceda, han pasado de rescatistas a bomberos a policías a guardavidas, y la mas reciente a "aguateros", solo Dios sabe si para justificar su salario o simplemente para decir que están en todas, pero que curioso que nunca están en lo que deben estar.

Ahora bien, con respecto al salvamento acuático y los guardavidas, a muchos de nuestros "colegas" que hicieron y completaron el curso para llegar a ser uno de nosotros, se les deben los documentos que indican que son guardavidas y que se ganaron con tanto esfuerzo y sudor, porque hay que destacar que el curso del SINAPROC es casi como el de reclutamiento policial, solo que es en agua.

La peor parte de todo esto es que a nivel de América; y quizás del mundo, solo la protección civil de Panamá es la única que interviene en acciones de rescate, socorro y asistencia humanitaria; antaño labores realizadas por su progenitora: la Cruz Roja; y hasta recuperación de cadáveres, así como también es la única que entrena y certifica personal en salvamento acuático; entiéndase guardavidas.

Esto nos dice claramente que los certificados de guardavidas emitidos por el SINAPROC Panamá, solo son válidos desde punta Burica hasta cabo Tiburón, porque ya nos han comentado que colegas panameños intentaron solicitar trabajo como profesionales del salvamento acuático en el extranjero, mostrando sus acreditaciones de esta institución, y los han mirado como a "bichos raros" porque solo en este país se reconocen esos documentos.

Más abre puertas una certificación que diga Cruz Roja Panameña; porque la cruz roja es mundial. Y próximamente  a nivel de América Latina tendrá igual peso las certificaciones que digan Asociación de Guardavidas de Panamá, así que porqué conformarse con ser guardavidas instruido en el SINAPROC, cuando este documento no te sirve más allá de nuestras fronteras.

Pero en fin, muchos guardavidas activos y ex voluntarios de esta institución se han dado cuenta que esta es la realidad del momento, además que no simpatizan con la administración actual y han recurrido a intentar conformar coordinaciones provinciales de la Asociación, porque ahora saben que esta organización es la única que ha peleado por nuestros derechos y es la única que puede abrir las puertas hacia la modernización de la profesión y el perfeccionamiento profesional.

LEY DE GUARDAVIDAS: ESENCIA Y CUMPLIMIENTO!

Allá por los años 40 se inicio el salvamento acuático en Panamá. Se formalizó en los 60, con la creación de la Brigada de Salvavidas Voluntarios de la Cruz Roja. Luego, se integro a las tareas del Cuerpo de Socorristas de esa institución y posteriormente, como servicio voluntario del SINAPROC.

Pero desde entonces y hasta la fecha casi nada es lo que se había avanzado en materia de profesionalización y reconocimiento de esta actividad de seguridad de la población que visita las aguas recreativas, salvo seguir capacitando personal para un mercado laboral inexistente; aun actualmente, con la Ley; y sin ningún tipo de seguimiento a quienes culminaban estos entrenamientos.

Tampoco hubo, entre la gran cantidad de expertos y experimentados instructores o especialistas, pertenecientes o egresados de estas reconocidas instituciones quien tuviera la visión y adquiriera el compromiso de buscar un mejor destino para los suyos, como para la actividad que le había procurado alguno; sino que todos; los beneficios que se pudieran percibir de concretarse esto.

Peor aun, la deserción, fuga o como quiera llamarse, de las personas certificadas como guardavidas hacia otras labores porque para esta, que habían sido capacitados, no se les ofrecía nada mas que brindar su tiempo voluntario a la institución que los acreditó, únicamente los domingos de inicios de año; aun perdiéndose con esto una buena cantidad de Guardavidas que estarían ejerciendo para esto que han sido llamados.

Si a esto aunamos, la pobre y decadente preparación de los últimos 10 años, nos encontramos ante un doloroso fenómeno de "exposición a riesgos innecesarios" por la gente tan mal capacitada por la carencia de conceptos y aplicaciones que entraron en vigencia con el nuevo milenio, gracias a organismos internacionales encargados de la actualización, y porque no hay unificación de criterios en la enseñanza, que aun deja mucho que desear con más de 30 años de atraso, porque una cosa es lo que dicen los manuales y otra muy diferente lo que se enseña; y como.

Ante esta y otros problemas que se les presentaban y poseían los profesionales del salvamento acuático, surge la Asociación de Guardavidas de Panamá, que como gremio, ofrecía y ofrece la modernización y fortalecimiento de la actividad, a partir del perfeccionamiento y reconocimiento profesional de quienes llevamos tan riesgosa y responsable labor. Fue esta organización la que redactó, propuso, presentó y sustentó a la Asamblea Nacional de Diputados lo que hoy es la Ley No 19 de 5 de junio de 2007 o Ley de los Guardavidas de Panamá.

Con ella, lo que se pretendía era empezar a resolver de una vez, TODAS las situaciones que nos afectan que van desde la acreditación a la validación de títulos, así como el aval a los planes de capacitación de las diferentes instituciones y empresas; que surjan en el futuro; que entrenen y acrediten Guardavidas, tanto como regular la actividad laboral en si, promoviendo la búsqueda y contratación de nuestra gente para TODAS las aguas recreativas del país, tanto como su equipamiento. A su vez, la equiparación con agrupaciones o agencias de guardavidas en otras latitudes, para futuros intercambios.

Pero, la misma norma no está implementada ni siquiera reglamentada y las instituciones que están llamadas a su cumplimiento hacen fiesta de este hecho al violentarla cada vez que pueden y se les viene en gana, o interpretarla para su propio beneficio, así mismo aquellos quienes dentro de ellas busquen su beneficio particular, pero que dicen representarlas: la institución o la Ley.

Y siendo que no se le ha podido "poner el cascabel al gato" para que esto suceda; aun con los muchos intentos que hemos realizado; tenemos que en su ESENCIA, la Ley de los Guardavidas es solo un pedazo de "papel mojado en tinta", porque los mismos que son los que se beneficien de la misma, tampoco hacen lo posible, justo y necesario para protegerla, peor aún se vuelven alcahuete de las instituciones que los engañan con falsas promesas de superación y al final solo les dan migajas.

Lo cierto es que mientras nosotros mismos; como profesionales del salvamento acuático; no nos pongamos las pilas y procuremos defender un derecho que es propio, seguirán llamándonos con cantos de sirenas sobre cosas que no existen más que en los cuentos de hadas, simplemente porque quienes lo hacen están más que ilegales por irse contra nuestra Ley. De nosotros queda, al igual que las enfermeras, médicos o educadores, conocer nuestros derechos y defenderlos en los escenarios adecuados y necesarios.

Por lo demás; como siempre; seguiremos procurando que las COSAS SE HAGAN COMO SE TIENEN QUE HACER, y si alguno de nuestros hermanos o hermanas queda lastimado en el proceso, lo lamentamos mucho pero será LO CORRECTO, LO QUE SE TENGA QUE HACER POR EL BIEN DE TODOS, más que todo de la población a la que estamos llamados a servir. Quedan invitados a informarse más, para que SINAPROC o la Cruz Roja no los agarren de tontos