lunes, noviembre 04, 2013

LOS QUE SE AHOGAN SON AJENOS!

(Tomado de Opinión de El Panamá América del 29 de enero de 2013)

¿Qué tienen en común Hugo Ruiz Morales, María Luisa Hurtado, Luz Gabriela Ortiz, José María Villar, Jaime Blandón, las hermanitas Linares Perlaza, Edgardo Valencia, Héctor Reyes, entre otros? Además que nunca se conocieron ni estuvieron relacionados de alguna manera? Son víctimas fatales de la ausencia de medidas de seguridad; o sea, el proveer y procurar la presencia de personas entrenadas en salvamento acuático en balnearios de todo el país.

Pasó Navidad, ahí bien seguido despedimos un año para recibir el siguiente. Mucha gente la pasa entre familiares y amigos, comiendo, bailando y, bebiendo. Los más aventureros se van; en grupo, generalmente; a playas sin la certeza de que haya quien le vigile. 

Aunque la gran mayoría regresa a sus hogares y vida normal, hay quienes no lo logran, porque ya sea uno, dos o tres, llegan a convertirse en una cifra más de los fallecidos del año, muerto en una de nuestras aguas recreativas. Las causas: estaba alcoholizado, había recién comido, sufría de alguna enfermedad o la más común: lo atrapó una corriente y "no sabía nadar".

Uno de los casos reciente de los ahogamientos por sumersión, José Duque, de 22 años, pereció en Playa Corona de San Carlos, lo que nos hace preguntarnos: ¿Tienen que ahogarse 18 o más, el mismo día, a la misma hora, en la misma playa como los que se quemaron en un autobús o tiene que ahogarse un Varela, un Navarro o un Martinelli, para que se empiecen a tomar las medidas adecuadas que hemos venido promoviendo por más de diez años? ¡La razón de nuestra existencia!

Quienes en su mayoría se ahogan son de origen humilde o clase trabajadora, y en edad productiva. Otros tienen recursos para pagar clases de natación a sus hijos, o los mismos vacacionan en el exterior, en lugares donde sí hay guardavidas. Todas estas pérdidas, tal vez se hubiesen evitado de haber una política de Estado concerniente a la adecuada seguridad de los bañistas en las aguas recreativas del país, más que todo porque hace 5 años fue promulgada la Ley Nº 19 de junio de 2007, por la cual se regula el salvamento acuático como oficio profesional y se dictan otras disposiciones.

Aún con habilidades de nado, nadie está exento de sufrir un percance en un balneario. Aun con mucho dinero, nadie lo está de perder la vida dentro del agua. Por eso, propusimos lo que hoy es esta Ley de los Guardavidas, pretendiendo con ella, garantizar nuestra existencia profesional y, prevenir y reducir los ahogamientos. ¡Pero como los que se ahogan son ajenos!